Clara había nacido con el don de la adivinación, lo descubrió cuando era una adolescente. Jamás habría pensado que algo como esto le iba a ocurrir a ella, una chica guapa, lista, carismática; era la chica más popular del instituto. Un veintidós de julio de mil novecientos noventa y cinco, cuando quedó con sus amigas para ir a la piscina, todo estaba bien y de repente, empezaron a darle fuertes dolores de cabeza y comenzó a ver imágenes muy raras en su mente, pero creyó que no se trataba de nada importante.
- ¡Ayy! -gritó.- ¡Qué dolor de cabeza...! Ya se me pasará, creo que mejor me voy a mi casa.
Cuando llegó a su casa, sintió un cansancio agotador, algo que nunca le había ocurrido, ya que era una chica muy fuerte.
- Clara, ya está la cena servida, ven a comer- decía su madre.
- Gracias mamá, pero estoy demasiado cansada, me voy a la cama.
- Clara, hija, ¿estás bien?, te noto muy rara.
- Estoy muy bien, no te preocupes - le decía a su madre mientras subía las escaleras.
Nada más entrar en la habitación, se tumbó en la cama y cayó en un profundo sueño. Aquella noche soñó que un terremoto devastador destruiría la ciudad de Villa Verde y que miles de personas morirían.
Clara despertó de este sueño a las siete de la mañana, hizo la cama, se duchó y se lavó los dientes. Cuando se sentó a desayunar, su madre estaba viendo las noticias y justo en ese momento informaron de que un terremoto había destruido las poblaciones y calles de Villa Verde, exactamente como había visto en su sueño. En ese momento sintió que todo el cuerpo se le paralizaba y se desmayó.
- ¿Clara, estás bien?, despierta, despierta, por favor... ¿Clara qué te pasa? -gritaba su madre mientras la zarandeaba.
Dos horas después, Clara despertó en una habitación completamente blanca, y le preguntó a su madre que dónde se encontraba.
- Estás en el hospital, te desmayaste en casa, ¿qué te ha pasado?
- No lo sé, anoche tuve un sueño y ese sueño se hecho realidad, yo misma lo vi en las noticias. Por favor, mamá, créeme, te lo juro -decía Clara.
- No digas tonterías, Clara, necesitas descansar. Ya hablaremos después.
- Pero mamá, tienes que creerme.
- Clara, ya hablaremos luego, ahora me tengo que ir a trabajar -decía su madre al tiempo que cerraba la puerta de la habitación. Clara no tardó en dormirse.
Pasaron los años y Clara iba adivinando todo tipo de sucesos: terremotos, tsunamis, explosiones de volcanes, etc. Al principio la madre de Clara no se tomó muy bien lo de que su hija fuera adivina, pero después se fue acostumbrando. Un día Clara se fue con su madre de picnic al bosque, empezaron a comer y de nuevo Clara empezó a tener visiones de un terrible asesinato que había ocurrido hacía diez años, pero habían acabado por cerrar el caso ya que la policía no pudo encontrar el cuerpo de la víctima. Clara sí pudo ver lo que pasó ese día.
- ¿Clara, qué ves? Dímelo- le preguntaba su madre, ya que siempre que Clara tenía visiones malas sus ojos pasaban de ser azules a blancos como la nieve.
- Sonia, se llama Sonia.
- ¿Pero quién? -preguntaba su madre un tanto nerviosa.
- Es la chica que asesinaron hace diez años -decía Clara mientras que en su mente veía el crimen. A continuación empezó a repetir lo que escuchaba en la visión:
- ¿Quién eres?, suéltame, suéltame por favor, déjame ir, te juro que yo no tengo nada... -le pedía Sonia mientras intentaba escaparse de un individuo que le había tapado los ojos con una venda negra.
- ¡Cállate ya!, en este lugar nadie te va a escuchar.
- No, por favor, no me hagas daño, déjame ir, suéltame.
El hombre empezó a quitarle la ropa, a besarla, y a tocarla, pero Sonia no iba a dejar que la violaran, así que como pudo le dio una patada al hombre e intentó escapar, pero él fue más rápido que ella y la golpeó bruscamente dejándola inconsciente en el suelo. Allí la violó y enterró su cadáver descuartizado.
Por fin Clara consiguió volver a la normalidad. No lo dudó ni un segundo y fue a la policía a contar lo que había sucedido hacía diez años, ya que estaba segura de que la creerían porque todos en el pueblo sabían que Clara era adivina. La policía consiguió resolver el caso gracias a la visión de Clara.
Laura Daniela Navarro Vega, 1º E.S.O. A
No hay comentarios:
Publicar un comentario