jueves, 28 de enero de 2010

Prinfo


Alto, moreno, con el pelo largo y negro oscuro, musculoso, inteligente, fuerte y hábil.

Prinfo era un campesino troyano bendecido por el dios Zeus por haber salvado a su hijo Heracles de una muerte cierta a manos de un gran pulpo, pero esa bendición tenía un efecto negativo y es que era inmune a todo, excepto al sonido de un arpa que poseería el dios Hades. Esa arpa le traería la muerte con sólo escuchar su melodía.

Prinfo viajó y vivió numerosas experiencias: luchó contra poderosos ejércitos, contra terribles monstruos, y se convirtió en un guerrero, una leyenda de su tiempo.

Un día el rey romano Julio César se enteró de sus heroísmos y lo llamó ante él. Julio César le propuso que se uniera a su ejército, pero Prinfo se negó. Entonces, Julio, por el desagravio recibido, quiso matarlo en un duelo del que salió malherido. En ese momento el dios Poseidón le contó lo del arpa y que estaba custodiado por el dios Hades, en el reino de los muertos.

Hades consintió en entregarle al rey el arpa a cambio del tesoro más grande de su imperio. Y Julio César, removido por la venganza, aceptó la oferta de Hades.

A las pocas semanas tendieron una emboscada a Prinfo, en la que Julio César se puso a sonar el arpa. Sin embargo, como para él la fortuna más grande de su imperio era, precisamente, el salir siempre victorioso y dicho tesoro se lo había entregado a Hades, entonces el arpa no sonó y Prinfo acabó con él y con todo su imperio.

Joaquín Rodríguez del Águila, 2º E.S.O. B


DKWOM


Su nombre era Dkwom y era un héroe de España.

Era alto, con el pelo azul oscuro, su color de piel era como el de un muerto. Siempre iba con su casco con cuernos de toro y resaltaban sus brillantes ojos azules.

Era capaz de coger grandes hachas, una en cada mano, y controlaba la magia oscura; su único punto débil era la magia blanca. Fue uno de los más grandes héroes de la Edad Media por haber liberado a los pueblos de la plaga de los no muertos.

Cuenta la historia, que fue a un continente helado y allí luchó contra un gran dragón no muerto, que era el responsable de la calamidad.

Consiguió matarlo y libró al mundo de los no muertos, pero uno de ellos consiguió sobrevivir. Se llamaba Exánime, y con su espada, agonía de escarcha, capaz de capturar el alma, lo derrotó atravesándole el pecho, y desterró su espíritu y su alma al portal oscuro.

Allí sigue vagando hasta el día de hoy.

José Vicente Rodríguez Cabezas, 2º E.S.O. B


Los leones de Sicilia


Azafaifo nació hacia el siglo I d.C., en la bella isla de Sicilia, y desde pequeño demostró tener una gran valía y fuerza de voluntad.

Le adiestraron en el arte del combate, donde destacaba entre todos los jóvenes. Muchas tardes entrenaba junto a su hermano mayor, Leo. Vivía junto a su madre, María, y con su hermano, aunque siempre estaba en guerras o entrenando para éstas.

Su padre fue brutalmente asesinado por unos bandidos que en varias ocasiones asaltaron hogares y a comerciantes. Murió defendiendo a su pueblo como un gran héroe.

Cuando Azafaifo cumplió los dieciséis años de edad, entró a formar parte del ejército, como uno de los mejores hombres. Una noche, mientras dormía, entraron los bandidos en la casa y mataron a la madre de los dos hermanos, que, al despertarse por el ruido, se levantaron enseguida y expulsaron a los asesinos de la casa.

Los muchachos estaban desolados, sucumbidos y llenos de ira y tristeza. Decidieron acabar con todos los criminales que atemorizaban a las personas.

Encontraron el lugar en el que se ocultaban, un pequeño bosque al norte del pueblo. Leo y Azafaifo reunieron a una gran cantidad de hombres que se unieron a su causa. Al alba, los fieros guerreros atacaron y vencieron a los enemigos, con lo que cesaron los ataques y, por fin, llegó la paz. Pero los dos hermanos murieron por causa de una flecha con un potente veneno que acabó con las vidas de ellos. Aun así, la gente del lugar siempre les recordará como los leones de Sicilia.

Ignacio Díaz Bonilla, 2º E.S.O. B