lunes, 24 de marzo de 2014

La ingratitud


“De bien nacidos es ser agradecidos”, dice el refrán. Este refrán tiene cierta razón ya que la gente no sabe agradecer un favor que le haces, ni tan sólo decir un “gracias” por ello, pero tampoco sabe cumplir una promesa.
Algo así le pasó a Minos, quería ser el rey de Creta y para ello tuvo que pedir a Poseidón que le ayudara. Este hizo que saliera un gran toro blanco del mar, convenciendo a la gente de que él era el elegido.
Minos prometió sacrificarlo después de gobernar, pero al ver esa belleza no pudo matarlo y, por tanto, no cumplió su promesa. Poseidón entonces le impuso un terrible castigo: provocó que su esposa se enamorara del toro y quedara embarazada de él. La criatura se llamó Minotauro, mitad hombre y mitad toro, una bestia horrible, temida por todo el mundo. Al ver Minos que ese era su castigo, decidió sacrificar al toro.
Mucha cara tienen que tener las personas ingratas, pero lo malo es que no reconocen las cosas y hacen como si no pasara nada. No tienen valor para reconocer sus errores. Son orgullosos y no pueden rebajarse ante nadie. Lo malo de ser así es que, poco a poco, quienes te rodean se van cansando de ti, de tus tonterías y de lo mal que tratas a los tuyos. Esas personas que han estado a tu lado durante tanto tiempo se van a ir, te van a dejar solo para que abras los ojos y te des cuenta de lo que estás haciendo. Puede que algunos te hagan pagar por lo que les hiciste, otros pasarán de ti, pero los que realmente te quieren volverán y te perdonarán, esperando de ti un cambio. Lo más probable es que hayas cambiado, ya que a nadie le gustaría quedarse sólo. A todos nos gusta estar rodeados de la gente que nos quiere y a la que queremos. Esos amigos a los que les cuentas tus problemas, tus sentimientos, estados de ánimo, etc. Tu familia, personas que han estado junto a ti durante toda tu vida y a los que estás perdiendo. Sin esas personas no puedes seguir hacia delante y tienes que cambiar.
Después ves lo mal que lo estabas haciendo al principio, te das cuenta de tus errores y, mirándolo por el lado positivo, ha valido la pena sentirte mal durante un tiempo para así valorar lo que tienes a tu alrededor. Has de abrir los ojos a tiempo para no arrepentirte de lo que haces. Tienes que saber pedir perdón, agradecer, comportarte, no faltar el respeto y tragarte un poco el orgullo que todos llevamos dentro pero que unos lo sacan y otros lo tenemos escondido y, de vez en cuando, acabamos desenterrando.

fátima díaz akkad, 1º nh

Minotauro: la ingratitud


La historia que se muestra en el mito es, por un lado, la falta de agradecimiento del rey Minos hacia el dios Poseidón, al no conceder el sacrificio del toro. Por otro, como consecuencia, el castigo impuesto por este al rey es que la reina se enamore locamente de la bestia: el Minotauro.
Mostrar gratitud es como una forma de agradecimiento, de valoración por un beneficio obtenido. Un agradecimiento debe ser expresado (de corazón) con palabras, es todo un tesoro. El que muestra gratitud manifiesta una cierta impotencia y un defecto, Autarquía, que a un rey como Minos le falta por asumir.
Ocupar un trono como el de un rey le hace olvidar lo crédulo que tiene que ser ante los dioses. Tener la responsabilidad de que lo que ha recibido no es del todo suyo. Lo que le sucedió a Minos nos suele pasar a veces a nosotros, somos fieles a la hora de pedir, pero somos impotentes agradeciendo.
Pienso que un ejemplo de la falta de gratitud es el egoísmo, afecto excesivo de alguien para consigo mismo.
Algunos de los ejemplos que me han llamado la atención y que se citan en el texto son el manifiesto por parte del Minotauro a su predilección por la carne humana, y el castigo impuesto por Minos a la ciudad de Atenas, consistente en el envío a Creta de siete jóvenes y siete doncellas como alimento del Minotauro.
Opino sobre este mito que es un ejemplo a seguir, pues al ser humano le puede aparecer como una muestra de debilidad dar las gracias.

abdessamad boulmkharej, 1º nh

sábado, 15 de marzo de 2014

Sobre "Edipo" de Séneca


En mi opinión la obra resulta directa gracias a los monólogos de Edipo y al Coro.
La obra refleja al hombre al margen de los dioses, por lo que el destino del mismo sea consecuencia suya.
Al intentar escapar de la profecía sin saber la realidad por completo se condena a sí mismo y se da cuenta de que la situación, aunque inevitable, es culpa suya. Se refleja así el debate interior del ser humano y la muy incierta felicidad de la que las familias reales o acomodadas (como era la de Séneca) siempre parece que gozan.
También , como es costumbre en las obras de Séneca, aparece la figura del tirano al comportarse Edipo como tal después de escuchar a Creonte acerca de la acusación de Layo. Él no puede creerlo, ya que eso significaría una situación que no se había planteado y, agobiado por una jaula en la que él mismo se metió sin saberlo, convierte a Creonte en alguien que conspira por usurparle el trono sin creer ni aceptar que el destino del que huía se hubiese cumplido.

Mireya Issa Morel, 4º E.S.O. B