Hoy es uno de esos famosos días en los que hay que preparar todo para pasar un maravilloso día de playa: La crema, la toalla, los bañadores, la comida, el flotador, las palas, la sombrilla, el balón, la silla, el sombrero, los cubos, etc. ¡Por fin vamos! Sólo tenemos tres meses de vacaciones...
Ahora llega el momento de elegir la playa: que cerca, que lejos, con piedras, con piedritas, con arena, que con viento de levante, de poniente, que sin viento nos morimos de calor, que una hora para ir, que otra para venir, que solos, que acompañados... ¡Ni hablar! cuando llegamos a la playa supuestamente "perfecta" y en contra de todo pronóstico... ¡Había viento y había arena!
Y llega el incómodo momento en el que ya no se soporta más el hambre y hay que comer, tratando de ubicarse de la mejor manera posible, para que nuestro bocadillo no termine convirtiéndose en un filete empanado.
Y llega el momento aburrido mientras hacemos la digestión en que miramos a los típicos personajes que son los siguientes: El bañero que vigila, las que vigilan al bañero, los paleteros, la de las cremas, el surfista, el que mete barriga, ¡musculosooo!, las olas, el viento, el que tiene frío, el peludo, el pelado, el que es enterrado en la arena, el que se aburre de la playa, los que van siempre, los equipos de voley, de fútbol, de palas..., el que pesca, el que no pesca, los blanquitos de la segunda quincena, los morenos, los amores de verano, los torneos de verano, el ganador, el maestro, las chicas, los chicos, los inadaptados, los nudistas, los que miran al nudista... En fin, a lo mejor el próximo día de playa se lo piensan dos veces antes de ir... Pero, a pesar de estas cosas, ¡el año que viene seguiré yendo a la playa!
Valentina Della Giovanna, 1º E.S.O. A
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