Querida hermana, no puedes imaginar cuánto os añoro. Cada día se muestran ante mí las memorables imágenes de la infancia...
Desgraciadamente vas a tener que conservar esos recuerdos, porque estas palabras serán lo último que recibas de mi persona. En efecto, y sintiéndolo más que nadie, esto es un adiós.
Me aventuré en la amargura del ejército para defender la justicia en nuestra amada patria, y ahora el vicio de su dolor ha terminado por consumirme.
Sabrás ya que antaño Rusia reclamó los territorios que pertenecían a España, y ahora los va a tomar por la fuerza. La guerra que se avecina me temo que es inevitable ya que los rusos se niegan a negociar. Mis armas ya están listas, mi equipaje a punto y mi caballo ensillado.
Antes de partir, te mando esta carta con un mensajero fiel para que sepáis que nunca, me olvidé de vosotros y que, pase lo que pase, siempre os llevaré en mi corazón. Aunque, después de tanto tiempo, no tengo derecho a dirigirte la palabra, pero he de rogarte un último favor... Dile a Padre y Madre que acepto mi destino con valentía, y me voy en paz, porque sé que lo que hago es lo correcto. Pero, a ti no puedo engañarte y es que, antes de soldado, soy humano.
La lejanía y la soledad endurecen el alma, pero eso no significa que me esté preparando para esta batalla sin reflexionarla ni matizarla. Pensé en hablar con mi general, aconsejarle que cediera el terreno para evitar una masacre, pero me habrían matado y quiero ser de más utilidad que eso. No voy a luchar, no porque me ciegue la cobardía, sino porque no nací para morir en vano. Voy a adentrarme en territorio ruso e intentaré hablar con el mando ruso, porque esta impotencia y esta frustración acabarán por matarme igualmente.
Al final, todos somos uno. ¿Qué sentido tiene acabar con la vida de personas inocentes por un pedazo de tierra seca? Somos algo más que eso, ¿no crees? ¿Para qué el uso de las palabras? ¿Para qué el compartir y la enseñanza? ¿Para acabar destruyendo miles de familias? ¿Para arrasar con todo lo que el mundo nos pone por delante? No gana nadie, perdemos todos.
Esta guerra, junto con todas las demás, no tiene base ni un ápice de cordura. No digo que vaya a detener esta repugnante, por así decirlo, situación, pero si tengo que morir, lo haré a mi manera, porque, al fin y al cabo, es lo que siempre me habéis enseñado. Mi deber es hacer lo que me dicta el corazón.
Te quiere,
Michel.
Marina Jiménez Saldaña, 3º E.S.O. A
Marina, nunca defraudas. Enhorabuena, y no dejes nunca de ser una idealista.
ResponderEliminarPilar Maresca
esaa marinaa!! :D
ResponderEliminarno sabia k scribias tn bn jaja!!!
eres la mejor :)
By:Aniitah...*
(la del coro xD)