lunes, 6 de diciembre de 2010

Un folio en blanco



Te recuerdo constantemente. No puedo olvidarte a pesar de todo el dolor que me has causado. Recuerdo la etapa en que tenía ganas de escaparme contigo, de pensar que mi vida estaba llena cuando me despertaba cada mañana. No sé lo que me pasaba cuando te acercabas a mí, solo sé que lo que sentía era inexplicable.
Tenía ganas de arriesgar, tenía ganas de arriesgarlo todo por ti, tenía ganas de arriesgarme porque quien no arriesga nunca gana.
Pero, ¿qué he obtenido yo arriesgando todo por ti? ¿Qué es lo que verdaderamente he obtenido si lo que quería no lo tengo? Porque lo que quería obtener y era algo valioso para mí, en su día... Eras tú.
Porque me quemaba por dentro el ocultar que te quería. Porque no conseguía decírtelo. No podía. Pero cuando conseguí hacerlo y te tenía delante, no expresé las palabras que quería, dije otra cosa, tal vez demasiado y no sirvió para nada. Me hizo mucho daño, pero el único deseo que tengo es volver a ese dolor que no se puede comparar al que siento ahora que no estás conmigo.
Mi vida antes de tu paso parecía una melodía que podía sonar muy bien en ocasiones, pero no lo era. Cuando te conocí, traté de probar, porque las oportunidades de encontrar la melodía perfecta son escasas y si das por casualidad con ella y coincide con el sonido que siempre andabas buscando, el que estabas deseando, debes atraparla y hacerla tuya.
Ahora me siento vacía sin esa melodía. La quiero escuchar, porque te quiero escuchar…
Cierro los ojos y los puños y trato de contener las lágrimas cada vez que te veo, cada vez que siento que ya no voy a  poder contemplar esos ojos que un día me miraban constantemente...
Me dijiste que esto sería mejor para los dos, pero no es así porque me siento morir. ¿Qué puedo hacer? ¡Dímelo tú!
Dime dónde se fue tu cariño, dímelo, ¿ya me olvidaste? ¡Cuántas personas habrán pasado ya por tu vida ¡ ¿y ninguna es la adecuada? ¿Fui yo la más adecuada?
Lo que nos pasó fue como un partido de fútbol en el que jugamos, jugamos tranquilamente como en un partido amistoso, pero luego se volvió violento y tú ganaste y yo salí perdiendo.
Quizás por ese motivo he escondido todo este tiempo, a base de reproches contra ti, la verdad. La verdad que en este momento sale a la luz, la verdad de que estoy enloqueciendo por sentir lo mismo que antes, pero ahora, mucho más profundo.
Lo que siento en ocasiones es que no puedo respirar, que tengo ideas absurdas, que te echo de menos, que estoy loca…siento que estoy enamorada.
Cuando pienso en ti no me importaría padecer de nuevo toda esa condena, ¿sabes por qué, cariño mío? , porque por lo menos estaría junto a ti y podría pasarme las horas muertas mirándote, podría tocarte, acariciarte…algo que ahora no puedo hacer.
Tengo ganas de volver a poner esas excusas que me inventaba, como que tenía que buscar algo en casa de alguna amiga o que tenía que estudiar, tan solo para estar contigo.
Sé que lo que te digo no te importa. Para ti esto solo será un folio en blanco, palabras sin sentido alguno. Sin embargo en este folio en blanco está escrita mi alma invisible que te llama y te está esperando.
Yolanda Molina Molina, 4º E.S.O. A

No hay comentarios:

Publicar un comentario