Érase una vez un barco que se dirigía a Egipto y transportaba a toda la monarquía griega, ya que los griegos habían de conquistar ese reino y expulsar a los turcos.
Nació Panto, el único hijo varón del rey griego, pero, tras nacer, un gran rayo le cayó sobre el hombro izquierdo, aunque, por fortuna o porque Zeus lo quiso así, no le pasó nada y se hizo invulnerable, excepto en esa parte de cuerpo donde le había tocado el rayo.
En Egipto pasó toda su infancia. Fue educado tanto de manera militar como en el estudio de la ciencia. Ya cumplidos los veinte años, era un hombre alto, fuerte, inteligente y muy bien educado. Se le distinguía por su larga melena rubia y por el escudo de oro que llevaba puesto en su hombro izquierdo que lo protegía.
Pero pasado el tiempo tuvo que abandonar Egipto, ya que fue a la guerra para recuperar Atenas que había sido conquistada por los turcos. Pero eso era solo una artimaña, ya que cuando partió todo el ejército griego de Egipto, el verdadero ejército turco conquistó Egipto, matando a todas las personas, incluso a la familia de Panto. Su padre fue torturado por Lexyan, el capitán de los turcos, antes de matarlo, para que le revelara el punto débil de Panto, ya que él y su madre eran los únicos que lo sabían.
Tras enterarse de esto, Panto, con tan solo diez hombres, los más fuertes de Atenas, regresó a Egipto y consiguió recuperarlo entero, ya que mató a todos los turcos (bueno, eso parecía) gracias a que era invulnerable.
Al llegar al palacio real no había nadie, por lo que subió a los aposentos de su padre donde estaban el trono y la corona. Una vez allí, se sentó y se puso la corona, pero sería lo último que haría, ya que Lexyan estaba escondido detrás del trono y, con un rápido movimiento, quitó el escudo de su hombro y le hincó un puñal, el mismo con el que mató a su padre. Al oír el grito de Panto, sus hombres subieron y, cuando vieron lo sucedido, liquidaron a Lexyan.
Y así acabó la guerra entre los turcos y los griegos por conseguir el reino de Egipto, a la que se le llamó La Guerra de los Rayos.
Raúl Marqués Pardo, 2º E.S.O. A
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