Imagina que todo se para, que el tiempo se detiene y que pudiésemos ir a donde quisiéramos. ¿Dónde irías? ¿Vendrías a verme?
Yo me escondería, me escondería en lo más profundo de tu alma y así sabría si te importo de verdad.
Porque no sé si podré estar alguna vez contigo, y te juro que daría lo que fuera por poder tocarte, gritarte, por decírtelo...
Que te quiero, de todas las maneras, y para siempre.
Siempre, una palabra mágica que para mí lo es todo.
Todos los días echándote de menos, todos los días gritándole al cielo que vengas y me saques de aquí..., porque me ahogo.
Me ahogo sin ti, sin tu sonrisa, sin tus abrazos.
Porque siento tan dentro los kilómetros que se interponen...
Y sólo de pensar que me queda una vida por delante sin ti, dan ganas de matarse, de no vivir más.
Porque de qué sirve estar muerto en vida.
Y quiero que comprendas que estaría horas mirándote, horas imaginándote, horas sabiendo que me estás esperando, que tú también te mueres por mí, que sabes lo mucho que me importas. Porque cuando estoy contigo no tengo hambre, ni frío, ni miedo, ni sueño.
Y quiero que comprendas que el tiempo pasa rápido, y no perdona..., no te perdona, ni me perdona a mí.
Y quiero que comprendas que cuando se juntan dos ríos se hace fuerte la corriente, que el universo se siente vacío sin estrellas, que el sol no quema si no estás conmigo...
Y, cuando todo parece perdido, aparece un rayito de esperanza, que sigue el iluso girasol sin saber que una nube pronto lo tapará...
Cariño, allí donde estés tú es el mejor lugar del mundo, y te prometo que algún día, no me importa cuánto tarde en llegar, seré capaz de olvidarme de todo, y de correr hasta donde tú estés, sin importarme cuánto tarde, sin importarme si llueve o nieva, o las piedras que me desgarren los pies.
Tú ahora sólo quédate quieta, y acuérdate de mí siempre que suene esa canción, tu canción, mi canción, nuestra canción...
Elia Giménez Samblás, 3ºE.S.O. A
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