lunes, 19 de noviembre de 2012

Décima




El viento tardó en traer
los ojos que me inspiraban
que entre lágrimas bailaban
en el triste amanecer.
La arena no tardó en ser
tu dorada piel morena
atada a la luna llena.
El mar se llevó aquello,
que un día era tan bello,
atado a una cadena.
María Ortiz Martos, 2º E.S.O. B

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