Esta actitud ante la vida de José Martí me parece
una manera positiva de afrontar los problemas que nos van sucediendo día a día.
El camino de no desearle nada malo a tus enemigos
es una forma perfecta de ser feliz. Nunca debemos rebajarnos al nivel de aquellos
que por algún motivo nos han dañado o ha habido una razón por la que se
convirtieron en enemigos.
Perdonar o no perdonar no es la cuestión, consiste
en saber en lo que te has equivocado y procurar que no se repita nunca más, con
la misma o con otra persona distinta.
Para mí no hay un significado pleno en la palabra
enemigo, ya que puede ser aquella persona que se enfrenta a ti, pero, realmente
un enemigo no dura para toda la vida porque puede llegar un momento en el que
cambie de pensamientos o quizás no cambie, solamente es que no era como creías,
al igual que, tristemente, pasa con los amigos.
María
Ortiz Martos, 2º
E.S.O. B
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