A continuación os dejo con el poema original y las historias que han surgido a partir de él:
CANCIÓN DEL JINETE - CANCIONES ANDALUZAS(Canciones 1921-1924)
Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Córdoba.
Lejana y sola.
La cura, por Juan Manuel Montes Jurado (1ºB)
Todo comienza un día normal
cuando un joven jinete realizaba su rutina diaria en su rancho. Cuando estaba
repartiendo el alimento para el ganado, entre los matorrales apareció un
alacrán el cual al sentirse en peligro, atacó al jinete inyectándole su veneno.
El joven salió corriendo al hospital del pueblo, pero le dijeron que la única
cura para ese veneno estaba en el hospital central de Córdoba. Nada más le
dieron la noticia cogió a Perdigón (su más rápido y leal caballo) y salió
galopando a toda velocidad a Córdoba, pero desgraciadamente el veneno se
propagaba cada vez más rápido, dando lugar al fallecimiento del jinete en medio
del trayecto.
“SER JINETE ES UNA TAREA DURA”, por Arnoldo Rodríguez López (1ºB)
En un pequeño pueblo de Almería vivía un rey muy
apreciado y rico. Le llegó una carta muy especial procedente de su hija, ella
se iba a casar. Él, muy contento, le respondió y a los días le volvió a escribir
para decir cuándo iba a ser la boda.
Ella y su esposo habían decidido que fuese en Córdoba,
ciudad del amor en aquellas épocas. Y justo era el día posterior al cual estaba
leyendo su carta. Se preparó y se marchó en su caballo. Esa misma noche paró
para dormir y descansar. Su suerte no era abundante ya que esa misma noche le
atracaron y torturaron.
Ya por la mañana, pensó que era buena idea buscar una
medicina con aceite así que recogió aceitunas y las guardó en su alforja. Ya
moribundo se dijo: “No puedes rendirte ahora, llegaré a Córdoba por mi hija”.
El rey caminó hasta que llegó a la frontera, ya estaba
cerca pero le sorprendió un infarto. Lo encontró un viajero y lo llevó a un
hospital, donde lo sedaron y murió. Antes de esto él, en sueños, dijo: “Suerte a
todos, y decidle a mi hija que la quiero y que la apoyo en todo”.
Ese año la princesa tuvo un hijo al cual llamó Alfonso, al igual que
su padre el que había muerto por gente que lo hacía por diversión.
"Canción del jinete", por Paco Martínez del Águila (1ºB)
Durante un mes de
febrero de mucho frío el jinete decidió ir con su jaca a los olivares de Baena.
Su idea era recoger todas las olivas que pudiera para llevárselas a su amada
que vivía en la ciudad de Córdoba. La mujer desde hace años se dedicaba al
negocio del aceite, fabricando el mejor aceite de la zona.
Mientras cogía las olivas, una fuerte
tormenta de granizo empezó a caer sobre el olivar. Por ese motivo intentó
terminar pronto, llenando todo lo que pudo su alforja. Eran tan grandes las
piezas de granizo que alguna las confundía con las mismas olivas. La tormenta
cada vez era más fuerte y la jaca negra solo se podía ver con la luz de la luna
rojiza de una noche completamente oscura. Su ropa estaba muy mojada y el fuerte
viento que empezó a soplar, hacía que cada vez sintiera más frío y con
dificultad para respirar. Se dirigió a Córdoba pensando que moriría por el
camino, tarareando una canción: “Córdoba, lejana y sola…”
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