“De bien nacidos es ser agradecidos”, dice el refrán. Este refrán tiene
cierta razón ya que la gente no sabe agradecer un favor que le haces, ni tan
sólo decir un “gracias” por ello, pero tampoco sabe cumplir una promesa.
Algo así le pasó a Minos, quería ser el rey de Creta y para ello tuvo que
pedir a Poseidón que le ayudara. Este hizo que saliera un gran toro blanco del
mar, convenciendo a la gente de que él era el elegido.
Minos prometió sacrificarlo después de gobernar, pero al ver esa belleza no
pudo matarlo y, por tanto, no cumplió su promesa. Poseidón entonces le impuso
un terrible castigo: provocó que su esposa se enamorara del toro y quedara
embarazada de él. La criatura se llamó Minotauro, mitad hombre y mitad toro,
una bestia horrible, temida por todo el mundo. Al ver Minos que ese era su
castigo, decidió sacrificar al toro.
Mucha cara tienen que tener las personas ingratas, pero lo malo es que no
reconocen las cosas y hacen como si no pasara nada. No tienen valor para
reconocer sus errores. Son orgullosos y no pueden rebajarse ante nadie. Lo malo
de ser así es que, poco a poco, quienes te rodean se van cansando de ti, de tus
tonterías y de lo mal que tratas a los tuyos. Esas personas que han estado a tu
lado durante tanto tiempo se van a ir, te van a dejar solo para que abras los
ojos y te des cuenta de lo que estás haciendo. Puede que algunos te hagan pagar
por lo que les hiciste, otros pasarán de ti, pero los que realmente te quieren
volverán y te perdonarán, esperando de ti un cambio. Lo más probable es que
hayas cambiado, ya que a nadie le gustaría quedarse sólo. A todos nos gusta
estar rodeados de la gente que nos quiere y a la que queremos. Esos amigos a
los que les cuentas tus problemas, tus sentimientos, estados de ánimo, etc. Tu
familia, personas que han estado junto a ti durante toda tu vida y a los que
estás perdiendo. Sin esas personas no puedes seguir hacia delante y tienes que
cambiar.
Después ves lo mal que lo estabas haciendo al principio, te das cuenta de
tus errores y, mirándolo por el lado positivo, ha valido la pena sentirte mal
durante un tiempo para así valorar lo que tienes a tu alrededor. Has de abrir
los ojos a tiempo para no arrepentirte de lo que haces. Tienes que saber pedir
perdón, agradecer, comportarte, no faltar el respeto y tragarte un poco el
orgullo que todos llevamos dentro pero que unos lo sacan y otros lo tenemos
escondido y, de vez en cuando, acabamos desenterrando.
fátima
díaz akkad, 1º nh