jueves, 28 de enero de 2010

Impulsos


Ya en los primeros albores del alba, surge la duda.

Siempre hay un debate: el día o la noche,

el que lee un libro o el que bebe ponche.

¿Somos nuestros? La respuesta es muda.

La insignificante alma, ayudada por Neruda,

puede ser digna o no de un broche.

Buscar quién eres no tiene ni tendrá reproche.

Seguir, perseverar, te hacen ruda.

Siempre hay libertad, tentación:

o ser como la avara Celestina

o ser cual Quijote atormentado.

“Siempre habrá mil preguntas y un futuro”,

dice Papa experimentado, con tesón,

“Sé tú, no un pajarillo traído y llevado”.

Marina Jiménez Saldaña, 3º E.S.O. A

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