LA CEGUERA
Me llena de pena y de decepción darme cuenta de que el ser humano no es tan maravilloso como lo pintan. “El hombre es bueno por naturaleza” diría Owen, son las circunstancias las que condicionan su comportamiento y le hacen ser violento. No es así, cualquiera puede compadecerse de las desgracias de un amigo o incluso de personas que ni siquiera conoces, pero alegrarse de éxitos ajenos requiere una naturaleza delicadísima y muy pocos pueden hacerlo. Ayudamos a los compañeros por interés y reímos las gracias a quien le podemos sacar algo. Muchos no estarán de acuerdo conmigo, pues la hipocresía siembra este mundo de mentiras. Cuántas veces habremos dado los buenos días a una persona cuando en realidad preferíamos no haberla visto. Nuestro día a día está lleno de falsedad, de odio y de egoísmo y eso se extrapola a las guerras internacionales y al terrorismo, como trata el artículo.
Aquí no se escapa nadie, ninguno es el bueno. Estados Unidos se saca guerras de la manga para dar salida a su arsenal militar pues mantenerlo sin usarlo le cuesta millones, y como dice el título de la película: “El dinero es lo primero”. Ya pasó en la Primera Guerra Mundial, hundió sus propios barcos para entrar así en el conflicto del que salió muy beneficiado.
La situación años más tarde, tampoco es muy alentadora. Algunos países islámicos se apoyan en su religión para someter a la población femenina, bandas terroristas matan a inocentes en su yihad para extender su forma de pensar, y gobiernos desalmados usan armas químicas para matar a miles de disidentes del régimen. Posteriormente, llega la ONU encabezada por Estados Unidos para “garantizar la seguridad en la zona” produciendo cientos de daños colaterales e hipotecando el petróleo de la región como forma de pago por sus servicios, al menos eso pasó en la Primera Guerra del Golfo. Pero ¿Qué se puede esperar de un país que quiere ser el comisario del mundo e imponer justicia cuando fueron ellos los primeros en usar la bomba atómica y matar a miles de civiles?
Pase el tiempo que pase, nadie ni nada cambiará. Los intereses estarán por encima de las vidas y es que: el hombre es un lobo para el hombre, eso dijo Tito Macio Plauto hace miles de años y hasta ahora seguimos igual. Si queremos cambiar el mundo, primero tenemos que mejorar como personas en esta sociedad falta de valores.
Rafael José Montesinos Hernández (2º de Bachillerato)